Durante las celebraciones del Día de la Amazonia en Brasil (5 de Septiembre), el Instituto Mamiraua y WWF publicaron los resultados preliminares de una expedición que se realizó en 2014 para registrar la distribución de las especies de delfines en el Río Amazonas (tucuxi y delfín rosado de río) y estimar su abundancia en la cuenca del Río Tapajos.
El equipo de investigadores viajó 577 km a bordo de dos botes en dos tramos diferentes del río. El resultado final establecerá una línea base de información importante, que hará posible comprender y acompañar la salud de los ríos y de la cuenca del Tapajos, en el Amazonas brasileño. Esto a la luz de los riesgos que implican las alteraciones al ambiente, como la deforestación y la construcción de instalaciones hidroeléctricas.
El Amazonas es el bosque tropical más grande y el sistema fluvial más extenso en el planeta, pues sus ríos cubren un área de más de 100,000 km de largo. Se extiende hacia nueve países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Guyana, Suriname y Guyana Francesa. Los delfines de río son uno de los símbolos de los territorios amazónicos pero, hasta hoy, poco se sabe de sus poblaciones. Recolectar información confiable es esencial para el diseño de estrategias de conservación que protejan estas especies y su hábitat.
La inciativa conjunta que desarrollan el Instituto Mamiraua y WWF, con la participación de la Fundación Omacha (Colombia), es el primer intento científico de medir el tamaño de las poblaciones de delfín en la cuenca del Río Tapajos.
“La abundancia de la especie es uno de los parámetros básicos de cualquier estudio que investigue la viabilidad de la población. Refleja el estado real de la población y si su existencia está amenazada o si va a sobrevivir. Junto con información sobre la mortalidad y la tasa de reproducción, por ejemplo, podemos modelar y estimar la probabilidad de extinción en el corto, mediano y largo plazo”, declaró la investigadora del Instituto Mamiraua, Miriam Marmontel.
El estudio también hará posible el análisis de los impactos que la construcción de una central hidroeléctrica tendrá sobre la fauna, y facilitará una discusión con el gobierno brasileño sobre las consecuencias ambientales al proveer información de calidad que apoye la toma de decisiones. En los tramos del río que se investigaron hay planes para la construcción de dos plantas de gran escala: la planta hidroeléctrica Sao Luis do Tapajos, donde el inicio de la obra está fijado para el 2018, y la planta hidroeléctrica Jatoba, donde el trabajo podría comenzar en 2019. Las obras afectarán todo el sistema ecológico y las dinámicas sociales de las respectivas áreas.
Al menos siete represas podrían construirse en la cuenca baja del Río Tapajos y muchas otras en tramos igualmente importantes de la parte alta del río. “Este estudio muestra la situación en un momento en el que ninguna represa se ha construido en el área, por lo que proveerá una línea base para comparar con otras regiones del Amazonas donde se han instalado represas, y bien podría indicar el riesgo para los delfines y los ecosistemas acuáticos. En el futuro, un nuevo conteo podría demostrar la degradación de la región”, explicó Marmontel.
Desde 2006, varias organizaciones (WWF, WCS, WDCS, Fundación Omacha/Colombia, Faunagua/Bolivia y el Instituto Marimaua/Brasil, entre otras) han unido sus fuerzas para realizar más de 15 expediciones con el fin de estimar la abundancia de las poblaciones del delfín de río en América del Sur. Hasta ahora más de 8000 delfines de las cuatro especies han sido registrados por las expediciones, en las que se han recorrido un total de 6500 km sobre los principales ríos amazónicos. Esfuerzos semejantes buscan hacer posible el cubrimiento de otras cuencas y posteriormente la comparación entre las densidades de las poblaciones de delfines en distintos tramos y ríos.
Junto a otros aliados, WWF ha acompañado la planeación y construcción de represas hidroeléctricas en el Amazonas desde hace varios años. En el Río Tapajos, particularmente, ha estado conduciendo estudios y debates, y diseñando modelos que le apuestan a la evaluación y demostración de los impactos acumulativos generados por la construcción de múltiples instalaciones hidroeléctricas en una sola cuenca.
“Los resultados de esta primera expedición a la cuenca del Tapajos para estimar las poblaciónes de delfines y verificar las condiciones ambientales tambíen hará posible que los gobiernos, científicos, las comunidades y los pueblos indígenas reflexionen acerca de los impactos potenciales de las represas, tanto en esta cuenca como en el Amazonas como un todo. En la que es una de las regiones naturales más importantes del planeta, la planificación de hidroeléctricas debe ser del más alto nivel, y democrática y ecológicamente responsable; debe ir acompañada de una discusión transparente y debe ser respetuosa de los derechos de las comunidades locales y los pueblos indígenas”, declaró Caudio Maretti, quien lidera la Iniciativa Amazonía Viva de WWF.
Logística y metodología
La Expedición Delfines del Río Tapajos se dividió en dos partes: un bote se usó para recorrer un tramo desde Santarem, en el Estado de Pará, aguas arriba hasta los rápidos de Sao Luiz do Tapajos. El bote de la expedición también entró en algunos tributarios del Tapajos para tomar muestras, como el Tuparí, el Lago Verde y otros cursos de agua más pequeños que alimentan los ríos principales. Para el censo aguas arriba de los rápidos, el equipo primero tuvo que viajar 250 km por carro en la Autopista Trans-Amazónica y luego tomar un bote desde el pueblo de Penedo, un lugar repleto de actividades mineras, hasta la municipalidad de Jacareacanga.
Durante el viaje se registraron 160 delfines tucuxi (Sotalia fluviatilis) y 112 delfines rosados (Inia geoffrensis). Los números serán objeto de análisis estadísticos por parte de la investigadora Heloida Pavanato para obtener la densidad y abundancia de los animales.
El conteo de los animales se hace con el método de muestreo a distancia, de la siguiente manera: el bote avanza aguas arriba en una recta de 100 metros desde la orilla. Los avistamientos se hacen en un estrecho de agua de 200 metros de ancho; 100 metros hacia estribor (derecha del bote) y 100 metros hacia babor (izquierda del bote). El tipo de información registrada incluye la identificación de especies (delfín rosado o tucuxi), el tamaño del grupo (que varía de región a región; en esta muestra varió de uno a nueve individuos), y la distancia a la que el animal se encuentra de la orilla y del bote. La orilla del río donde se realizó cada conjunto de avistamientos y registros fue fotografiada para tipificar la respectiva fito-fisionomía. Se recolectó información cada 2.5 kilómetros para profundizar la caracterización local de la fito-fisionomía, que puede influenciar el número de animales. Los números que se registraron son corregidos por la probabilidad de detección, dado que es más fácil avistar los animales que están más cerca del barco.
Resultados y recomendaciones
Durante la expedición no hubo avistamientos de delfines tucuxi más allá de los rápidos de Sao Luiz do Tapajos. Los investigadores creen que esta especie no posee el tamaño o la fuerza necesaria para subir más allá de los rápidos, en donde solo se encontraron delfines rosados en densidades poblacionales bajas.
Otro hecho importante es la corroboración de la ocurrencia del delfín rosado aguas arriba de los rápidos de Sao Luiz do Tapajos hasta el límite de la muestra de este estudio, en la municipalidad de Jacareacanga. Según los mapas de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la distribución del delfín rosado no sobrepasa la municipalidad de Itaituba. Este estudio reciente ha demostrado que su ocurrencia sobrepasa esa región y que incluso podría ir más arriba en el Tapajos y sus tributarios: el Río Juruena y el Teles Pires.
Los investigadores también observaron que el número de individuos avistados y registrados fue bajo, lo que pudo ser consecuencia de interferencias externas como la presencia de la actividad minera. “Hay muchas dragas trabajando en esta área y eso puede explicar los bajos números que se registraron”, dijo al respecto la investigadora Miriam Marmontel.
La Expedición Delfines del Río Tapajos fue conducida por el Instituto Mamiraua y la Iniciativa Amazonía Viva de WWF en colaboración con la Fundación Omacha y el Instituto Humboldt. Involucró un equipo de ocho investigadores, un fotógrafo y un camarógrafo, así como un equipo de apoyo y la tripulación de los botes.
El impacto directo de las represas sobre la fauna
Según la investigadora Heloise Pavanato del Instituto Mamiraua, coordinadora de los viajes, la construcción de represas tiene consecuencias directas para la fauna acuática y terrestre y para el bosque en sí mismo. En el caso de los delfines de río, el problema es que no hay conocimiento sobre los movimientos de estos animales o de qué tanto pueden arreglárselas para ir más lejos aguas arriba o abajo. Según la investigadora, la construcción de una represa crea una barrera contra esos movimientos, aislando a los individuos en ciertos tramos. Eso reduce las interacciones entre los animales y lleva a una reducción en la variabilidad genética, incrementando la susceptibilidad a las enfermedades; a largo plazo, incluso, podría llevar a su extinción local.
Sobre las especies
Los delfines rosados de río, conocidos localmente como botos, son una especie carismática y poco se sabe de ellos hasta el día de hoy. Los delfines de río más grandes del mundo habitan el Amazonas y pueden medir hasta 2.55 metros de largo y pesar hasta 160 kg. Una característica que los distingue de los delfines marinos es su cuello más largo y su habilidad para mover la cabeza de lado a lado, una diferencia importante porque les da la flexiilidad que necesitan para buscar su alimento entre los troncos de los árboles y las ramas de los bosques inundados.
Los delfines son cetáceos carnívoros que están en la cima de la cadena alimenticia. Pueden nadar por millas en los ríos tributarios de ríos principales y en lagos en busca de pescado, su dieta principal. Su presencia siempre es señal de la buena salud de un río. También ayudan a controlar la salud de las poblaciones de peces porque se alimentan de los más vulnerables, contribuyendo así al proceso de selección.
En el Amazonas hay una especie de delfín tucuxi (Sotalia fluviatilis) y hay tres especies de delfín rosado (Inia geoffrensis, Inia boliviensis e Inia araguaiensis) , distribuidos en las cuencas del Orinoco, el Amazonas y el Araguaia-Tocantins. La especie Inia boliviensis se encuentra en la sub-cuenca, en Bolivia, y puede hallarse tan aguas abajo como Borba, en el bajo curso del Río Madeira, en Brasil. En 2014, el primer descubrimiento de una nueva especie de delfín en 100 años fue anunciado: Inia araguaianens, restringido al área de la cuenca del Río Tocantins-Araguai en Brasil, en el área de transición entre el Cerrado y el Amazonas.
Las amenazas a las poblaciones de delfines son la contaminación de mercurio que resulta de las actividades mineras, la captura intencional para usar como carnada para la pesca del bagre piracatinga (Calophysus macropterus) y la muerte accidental al quedar enredados en redes de pesca.
Día de la Amazonía
En el 5 de septiembre se celebra en Brasil el Día de la Amazonía. En este día se publicó, en 1850, la Ley n° 582, que creó la Provincia de Amazonas, separándola de la Provincia de Pará, en Brasil.